Arinda Brooks siempre supo que quería marcar la diferencia. Criada en Alaska, desarrolló una temprana pasión por la abogacía y fijó su mirada en Boston como la ciudad donde construiría su futuro. Tras licenciarse en la Universidad de Southern Oregon en 2006, se trasladó al otro lado del país para seguir una carrera jurídica y se doctoró en la Facultad de Derecho de la Universidad de Boston en 2009.

Durante sus estudios de Derecho, Arinda empezó a trabajar en Landman Akashian, un bufete de abogados de Boston, donde más tarde se incorporó como abogada especializada en indemnizaciones por accidentes laborales. Después de siete satisfactorios años abogando por los trabajadores lesionados, Arinda decidió construir algo propio. En 2013 fundó Brooks Law, un bufete basado en la justicia, la empatía y la comunidad.

Como CEO de Brooks Law, Arinda supervisa la visión, el crecimiento y el compromiso del bufete con un servicio centrado en el cliente. Ella dirige con la misión de ampliar el acceso a la representación legal de alta calidad para los inmigrantes, los trabajadores lesionados, y las comunidades marginadas - en particular de habla hispana de Massachusetts y las poblaciones de habla portuguesa de Brasil. La firma continúa asociándose con organizaciones como el Centro de Trabajadores Brasileños en Allston para promover esta misión.

Aunque sus responsabilidades diarias han evolucionado de los juzgados a la sala de juntas, la pasión de Arinda por ayudar a las personas sigue siendo el centro de su trabajo. Se enorgullece de ser mentora de su equipo, de mejorar el acceso legal a través de la innovación y de garantizar que Brooks Law sea un lugar donde los clientes sean escuchados, empoderados y apoyados.

Arinda es miembro del Colegio de Abogados de Massachusetts y de la Asociación de Mujeres Abogadas de Massachusetts. Vive en Manchester-by-the-Sea con su hijo y su hija.